magia
Hace más de 40 años, mis padres llegaron a un lugar mágico en las afueras de Bogotá, buscando un sitio para establecer su vivienda y crear un hogar lleno de amor. En ese entonces poco sabían que esa magia se iba a compartir con miles de personas que visitarían lo que hoy se conoce como Tramonti Restaurante.
TRAMONTI
que cada día recreamos con nuestra magia, pasión y amor por nuestra historia. Cada día es un gran tributo a mi padre, quién ya partió, pero que nos dejó un legado de emprendimiento, visión y este espacio que construyó a pulso de la mano de mi madre, quien le imprimió el toque italiano de donde viene su familia y la razón por la que deciden llamarlo Tramonti evocando el pueblo de mi bisabuela Maria en el Friuli
La historia de Tramonti está llena de capítulos memorables que han marcado mi vida. Aquí se evidencia nuestros ancestros italianos, la esencia de mis padres, mi magia y las nuevas tendencias creadas por una de mis hijas quien encarna la tercera generación dedicada al mundo del servicio y la gastronomía.
Esta hermosa montaña rodeada de bosques, hadas y duendes, ha sido el espacio donde crecí viendo cada día los más inolvidables atardeceres y donde me entrené como empresaria. Ha sido una travesía tan hermosa como desafiante. Estar en esta empresa familiar, no solo me ha dado la oportunidad de formarme y de ejercer habilidades administrativas y de liderazgo, sino que ha fortalecido mi espíritu de muchas maneras.
Hoy divido mis días entre estrategias de expansión y crecimiento para Tramonti, y mis grandes pasiones personales. Es mi espacio sagrado, mi base natural de creación y el lugar donde convoco a mi tribu, a mis amigos y a clientes maravillosos que le dan sentido a todo lo que hago.
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