Crecimiento personal

Carta a mi yo futuro

Un día le pregunté a un maestro si existía el infierno. El maestro con mucha vehemencia me contestó que el infierno en esta Tierra es encontrarte de frente con la persona que podrías haber sido y mirarle a los ojos.

Yo estaba esperando otra respuesta, pero sus palabras llegaron al fondo de mi alma y un sentido de nostalgia me invadió.

Cada uno de nosotros desde el alma, recuerda que tiene un potencial infinito e ilimitado y sabe en el fondo de su corazón dónde debería estar en este momento en su vida. Todos conocemos de manera inconsciente nuestro potencial y el mapa de ruta que diseñamos y que estamos destinados a vivir, pero más aun, dentro de nosotros guardamos como un secreto la imagen y la claridad de quiénes hubiéramos podido haber sido, si hubiéramos creído, si hubiéramos confiado, si hubiésemos sido más disciplinados, más conscientes y si hubiéramos dejado atrás el miedo a ser nuestra mejor versión y a irradiar nuestra luz más brillante.

Justo en el momento cuando el maestro me dio esa dura respuesta, viví mi pequeño infierno en la tierra al mirar a quién yo sabía que podía haber sido y aun no lo era. Miré fijamente a mi potencial más elevado y expandido justo a los ojos. Pude ver su corazón y contagiarme de su mundo, su mentalidad, su propósito mayor, sus proyectos y de su vida soñada manifestada en perfección.

Después de mirarla profundamente a los ojos y de ver ese mundo que la rodeaba, no hice más que llorar. Pero esta vez las lágrimas no eran solo de tristeza, sino eran lágrimas de compromiso y determinación.

Mi corazón le habló al suyo y le prometió que nunca más iba a olvidar el mapa de ruta que le correspondía caminar para llegar, en una de sus muchas estaciones, a ser esa mujer espléndida, llena de luz y sabiduría, plena de sueños cumplidos y conquistas personales que estaba contemplando en ese momento.

A continuación quiero compartirte un poco de lo que fue nuestra conversación…

Querida Yo del futuro, mi potencial y mi mayor inspiración:

Hoy quiero agradecerte por presentarte ante mi en todo tu esplendor y por recordarme que es ese brillo y esa luz la que debo recordar y alcanzar. Gracias por mirarme con tus ojos llenos de inocencia y por inspirarme a no perder nunca lo que nos conecta con nuestra niña interior. Gracias por tu sabiduría y por todo lo que me transmitiste sobre tu espectacular travesía y por hacerme entender que la sabiduría es la combinación del conocimiento convertido en experiencias personales que se viven en coherencia para llevarlas en el alma. Gracias por mostrarme que no hay sueños imposibles sino mentes estrechas que eligieron vivir en su propia jaula, en vez de salir a conquistar el mundo y los universos enteros que están disponibles para todos. Gracias por recordarme que mi tiempo en esta vida es limitado y que debo atesorarlo y aprovechar cada segundo en acciones que me acerquen cada día a mis sueños. Gracias por motivarme a ser mejor, a sentirme completa, a no compararme y a siempre hablarme y tratarme con amor. Gracias por hacerme creer en mis sueños y por inspirarme a materializarlos con pasión, enfoque e integridad. Gracias por revelarte ante mi hoy y por hacerme ver que cada día que pierdo, es una posibilidad que se desvanece de volverte a encontrar. 

Gracias por ser el faro que iluminará mis decisiones y mis acciones y por permitirme ver con tanta nitidez en lo que me puedo convertir si elijo cada día creer en mi, enfocarme en mis proyectos, escuchar a mi intuición, tomar acciones determinadas y sobre todo amarme radicalmente en cada paso que daré sobre mi mapa de ruta.

Gracias por devolverme la esperanza y por encender mi corazón. Te prometo y me prometo que esa llama no la dejaré apagar, permitiendo que se avive cada día con acciones que me acerquen a mis sueños y todo lo que quiero experimentar.

Hoy quiero agradecerte por revelarte en este momento de mi vida, justo cuando más lo necesitaba. Estaba pidiendo al Universo una señal y apareciste tú como la muestra más contundente y reveladora para recordarme que siempre estoy cuidada, amada y contenida, pero lo más importante, me mostraste mi potencial que hoy me corresponde compartir con el mundo. Gracias a este encuentro hoy me siento viva, inspirada y determinada a  ser en la experiencia, lo que yo sabía desde niña que podía ser

Me comprometo a prosperar y a nunca más permitir que mis creencias, mi historia ni mis memorias interfieran con la abundancia que soy. Haré de cada día una ofrenda de vida donde la prosperidad y la abundancia sean mis aliadas para conseguir todos mis sueños y para poder servir y ayudar a la mayor cantidad de personas posible, haciendo lo que me gusta y me apasiona.

Me comprometo a no olvidar quien soy y a recordar a cada instante que soy la perfecta y amada hija de Dios, merecedora de todas las cosas buenas y que soy la frecuencia correspondiente con mis sueños más amados. Prometo no olvidar mi luz y hacer todo lo que esté a mi alcance para brillar con más intensidad para iluminar no sólo mi mundo, sino la vida de otros y para ayudar con mi testimonio a todos los que caminan a mi lado como una inspiración y una posibilidad creativa del Universo.

Gracias a ti, mi Yo Futuro, eres un regalo para mi presente y la mayor motivación para despertarme cada día con la convicción de que todo es posible. Te prometo que nos encontraremos muy pronto y cuando nos miremos a los ojos, podamos reconocer que siempre fuimos una.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *